Cuando el gusanillo ferroviario se me despertó de nuevo lo primero en lo que pensé fue «Quiero un tren ya!«. No me metí en profundas disquisiciones filosóficas sobre el sentido de la explotación ferroviaria de un sistema cerrado, ni reparé si la época III o la época IV serían más adecuadas para mis aspiraciones ferroviarias… Quería jugar ya. Vamos, como todo el mundo 🙂
Así que para mi cumpleaños «sugerí» que me haría muuuuuy feliz una caja de iniciación. Pero claro ¿A qué escala?
Principales escalas de trenes miniatura
Nombre Escala G 1:22,5 0 1:45 S 1:62 H0 1:87 N 1:166 Z 1:220 Existe una escala intermedia entre H0 y N llamada TT, que aunque ahora tiene más surtido de material rodante hace unos años era practicamente inexistente.
¿Qué escala elegir?
La escala perfecta es aquella que nos haga más felices. Como todo en esta vida. Y parece una elección sencilla, por que solo tenemos que tener en cuenta 2 cuestiones:
- Cuanto más grande sea la escala más detallado será el modelo y por tanto será más fiel a la realidad
- Cuanto más pequeña sea la escala más vías e infraestructura cabrá en el mismo espacio y por lo tanto la maqueta podrá representar aspectos más fieles a la realidad.
Como no iba a montar mi circuito en el exterior ni en una nave industrial ni tan siquiera me planteé las escalas 0 y S, así que la decisión básicamente se centraba entre las escalas H0, N y Z. Así que me puse a a repasar las 2 cuestiones mencionadas más arriba.
Cuando coges una locomotora de vapor a escala H0 bien hecha y sientes en tu mano su peso y ves de cerca su juego de bielas y los detalles de dentro de la cabina, suspiras hondo y de tu corazón sale una exclamación que lo inunda todo: «¡Dios mío! ¿Cómo he podido vivir hasta hoy sin esto? ¡Es hermosísima!«
Y luego piensas: «Quiero verla circular en casa con una composición mixta con 4 coches de pasajeros, 3 de mercancías y un coche correo. ¡Quiero verlo circular ya mismo» Entonces empiezas a sumar y te das cuenta de que estás hablando de una composición de 2 metros…
«¿Donde voy yo a poder poner yo esto a circular?». Siempre me quedaba la posibilidad de vender el televisor, el sofá y el mueble del salón para hacerle sitio, pero a lo mejor ni aún así lo conseguiría. La escala H0 es preciosa para el material movil, pero realmente problemática para realizar una maqueta que vaya más allá de una estación secundaria con un par de vías 🙁
Entonces das un bandazo hacia el otro extremo y piensas «¡Quiero montar todo un imperio ferroviario en Escala Z!«
Imperio, imperio, no se, pero he de confesar que la Z es la escala que más me tentó. ¿Por qué? Por que siempre me ha parecido más interesante la explotación del tren, el paisaje, la reproducción de las zonas de servicio de las estaciones, que el detalle en los vehículos. Y en este aspecto la escala Z se lleva la palma.
Evidentemente el juego de bielas de una locomotora en Z no tiene nada que ver con el de una locomotora en H0, y el interior de la cabina es simplemente inexistente. ¿A quién queremos engañar? pero una composición como la mencionada más arriba ocuparía poco más de 40 o 50 centímetros. Y se podría hacer girar en curvas con un radio de 20 cm sin que el tren parezca que se va a descoyuntar.
Entonces todo parecía está claro ¿No? ¿Me quedo con la escala Z? Pues va a ser que no ¿Por qué? Pues por que casi todos los modelos que existen están fabricados por la afamada firma alemana Märklin y representan únicamente modelos alemanes. Evidentemente eso no es ningún problema salvo que te guste el ambiente ibérico y quieras poner a la Renfe a circular. En ese caso hemos pinchado hueso 🙁
¿Qué nos queda? Pues nos queda la escala reina: La escala N. En N podemos darnos el gusto de realizar proyectos lo bastante ambiciosos como para que a un aficionado de escala H0 le dé un patatús sin perder del todo el detalle en los modelos (sobre todo hoy en día) Y lo mejor de todo: con un surtido de material español hoy por hoy apabullante.
Ahora ya lo tenía claro: ¡Iba a ser un eNero!